viernes, abril 2

a.p.

Traje azul y camisa blanca. Uno diría sobriedad. Luego las manchas de vino contarán historias distintas.

Es muy importante saber cuándo quitarse o, mejor, hacerse quitar la corbata. La capacidad para el placer depende de los actos más simples. Por ejemplo, no dejarse embriagar por la abstinencia.

El siguiente paso son los botones. Para entonces ya es claro que el cuello deshilachado es lo de menos. Los cuerpos y los sueños saben ser menos formales.

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